Tu clínica veterinaria
está en riesgo
, aunque
aún no lo sepas.

La mayoría de los dueños de clínicas están atrapados en un modelo que ya no funciona.

Si no hacen nada, el mercado se los llevará por delante.

Da igual si crearon la clínica hace unos meses o si llevan 20 años en el mercado.

Hay algo de lo que muy poca gente se está percatando y que, si no actúas, la competencia te acabará pasando por encima más pronto que tarde.

Y es que el mercado de las clínicas veterinarias independientes está cambiando y dentro de muy pocos años nada va a ser lo mismo.

Si crees que estoy exagerando, deja que te ponga algunos ejemplos que casi seguro ya conoces.

El primero es un hecho: los grandes grupos ya han entrado a jugar. Y no van con un tirachinas, vienen armados hasta los dientes con todo tipo de armas.

El segundo: los clientes han cambiado. Cada vez están más informados, cada vez son más infieles y tienen más opciones. Captar su atención es muy difícil y conseguir que vuelvan es todo un desafío.

El tercero: competir es mucho más complejo ahora de lo que era hace 10 ó 20 años. Mucho más. Piensa en cómo ha cambiado la gestión de personal o la de papeleo que tenemos hoy en día. Tener una empresa es mucho más complicado de lo que nos contaron.

Solo en España hay más de 6.000 clínicas veterinarias independientes. Pero muchas de ellas sufren cada final de trimestre para pagar sus impuestos, tienen más rotación de personal que un fast-food y sus dueños trabajan más horas de las que pasan con su familia.

Sin embargo, hay clínicas que tienen mejores resultados que la media.

Crecen cada año, fidelizan más a sus clientes, tienen mejor margen y sus propietarios viven mejor, mucho mejor que la media.

No hay promesas mágicas.
Solo estrategias que ya están funcionando en clínicas como la tuya.

Tener un negocio implica trabajar muchas horas.

Claro que sí, por supuesto.

Eso lo sabe cualquiera que se haya metido a autónomos o que haya montado un pequeño chiringuito.

Pero no es normal sufrir a final de mes. Ni cada trimestre hacer más trampas que un pequeño delincuente adolescente en un estanco.

Tampoco llegar a casa cuando tus hijos están durmiendo. Ni los sábados echar un vistazo a los papeles para el gestor. O los domingos pasarte por la clínica porque patatas.

Llámame loco pero a mi no me parece ni medio normal tener tu propia empresa y vivir sufriendo.

Francamente, no creo que valga la pena. Si es así como estás viviendo tener tu propia clínica, deja que te diga con toda sinceridad que te lo estás montando muy, muy mal.

Tal y como yo lo veo tienes dos salidas.

La primera, venderla si encuentras a alguien que te la quiera comprar. Spoiler: si los números están en rojo no hace falta ni que lo intentes.

La segunda, abrir los ojos y darle la vuelta a la tortilla.

Aprender a competir en el siglo XXI, con armas del siglo XXI. Con una ballesta en una mano y un cuchillo en la otra, no. Eso es de otra época. Debes salir ahí fuera con las mismas armas con las que compiten los grandes grupos.

Si quieres que tu clínica sea una de las pocas que crecen mientras las demás se hunden, deja tu email.

No hay promesas mágicas.
Solo estrategias que ya están funcionando en clínicas como la tuya.

Quién soy yo, Miguel Ángel Pellitero, para contarte esto

Antes de contarte quién soy yo, déjame responder a algo que quizá ya te estás preguntando:

¿Por qué demonios esta página se llama “Somos raros”?

Porque no creemos que tener tu propia clínica tenga que ser sinónimo de estrés, sueldos justos o pelear con la gestoría cada mes.

Porque nos atrevemos a pensar distinto, aunque eso nos convierta en bichos raros en un sector que no para de repetir los mismos errores.

Y si tú también lo ves así… quizá estés en el sitio correcto.

Yo no soy como tú, nunca tuve vocación de empresario.

A mi me tocó a la fuerza, no me quedaron más opciones, no pude escoger.

Lo viví con angustia, con una frustración tan bestia que no me dejaba dormir ni llegando agotado a mi casa.

Me tocó aprender recibiendo más leches que el Poli Díaz en un mal día.

A lo mejor habrá universidades en las que expliquen perfectamente cómo es llevar una empresa, pero yo lo dudo.

Casi nadie te cuenta la verdad de lo que significa dirigir un negocio como el tuyo:

  • Qué podemos y debemos hacer los pequeños en un mercado en el que entran los grandes.
  • Cómo narices se dirige un equipo de personas sin parecer un tirano y que no te tomen el pelo.
  • Cuáles son las estrategias que ya han probado otras clínicas y que aumentan la fidelización de clientes ahorrándote dinero de publicidad absurda.
  • De qué manera averiguar cuáles son los clientes que te dejan más dinero en la caja y cómo puedes encontrar más como ellos.
  • Cuáles son los datos que debes mirar cada final de mes entre toda la confusión de información que da el día a día.
  • De qué manera organizar tus procesos para que no sean un estorbo, sino una máquina de fidelizar clientes.
  • Cómo comunicar a tus clientes las campañas que te hacen ganar más margen. Las que te hacen perder margen déjalas para la competencia, mucho mejor para ellos.
  • Cuánto invertir en tu clínica y cuándo es mejor esperar porqué no es el mejor momento.
  • Cómo llegar a un cliente que cada vez tiene la atención más dispersa.

De todo esto hablo cada martes, si no quieres recibir información como esta es mejor que no te suscribas.

Tu clínica veterinaria
está en riesgo
,aunque
aún no lo sepas.

La mayoría de los dueños de clínicas están atrapados en un modelo que ya no funciona.

Si no haces nada, el mercado se los llevará por delante.

Da igual si creaste la clínica hace unos meses o si llevas 20 años en el mercado.

Hay algo de lo que muy poca gente se está percatando y que, si no actúas, te acabará pasando por encima más pronto que tarde.

Y es que el mercado de las clínicas veterinarias independientes está cambiando y dentro de muy pocos años nada va a ser lo mismo.

Si crees que estoy exagerando, deja que te ponga algunos ejemplos que casi seguro ya conoces.

El primero es un hecho: los grandes grupos ya han entrado a jugar. Y no van con un tirachinas, vienen armados hasta los dientes con todo tipo de armas.

El segundo: los clientes han cambiado. Cada vez están más informados, cada vez son más infieles y tienen más opciones. Captar su atención es muy difícil y conseguir que vuelvan es todo un desafío.

El tercero: competir es mucho más complejo ahora de lo que era hace 10 ó 20 años. Mucho más. Piensa en cómo ha cambiado la gestión de personal o la de papeleo que tenemos hoy en día. Tener una empresa es mucho más complicado de lo que nos contaron.

Solo en España hay más de 6.000 clínicas veterinarias independientes. Pero muchas de ellas sufren cada final de trimestre para pagar sus impuestos, tienen más rotación de personal que un fast-food y sus dueños trabajan muchas más horas de las que pasan con su familia.

Sin embargo, hay clínicas que tienen mejores resultados que la media. Crecen cada año, fidelizan más a sus clientes, tienen mejor margen y sus propietarios viven mejor, mucho mejor que la media.

No hay promesas mágicas.
Solo estrategias que ya están funcionando en clínicas como la tuya.

Tener un negocio implica trabajar más horas que un reloj.

Claro que sí, por supuesto.

Eso lo sabe cualquiera que se haya metido a autónomos o que haya montado un pequeño chiringuito.

Es normal sufrir a final de mes. Y cada trimestre hacer más trampas que un pequeño delincuente adolescente en un estanco.

Y llegar a casa cuando tus hijos están durmiendo. Y los sábados echar un vistazo a los papeles para el gestor. Y los domingos pasarte por la clínica porque patatas.

¿Ese era tu sueño? Pues perdona, pero es una mierda de sueño.

Llámame loco pero a mi no me parece ni medio normal tener tu propia empresa y vivir sufriendo.

Francamente, no creo que valga la pena. Si es así como estás viviendo tener tu propia clínica, deja que te diga con toda sinceridad que te lo estás montando muy, muy mal.

Tal y como yo lo veo tienes dos salidas.

La primera, venderla si encuentras a alguien que te la quiera comprar. Spoiler: si los números están en rojo no hace falta ni que lo intentes.

La segunda, abrir los ojos y darle la vuelta a la tortilla.

Aprender a competir en el siglo XXI, con armas del siglo XXI. Con una ballesta en una mano y un cuchillo en la otra, no. Eso es de otra época. Debes salir ahí fuera con las mismas armas con las que compiten los grandes grupos.

Si quieres que tu clínica sea una de las pocas que crecen mientras las demás se hunden, deja tu email y accede al vídeo completo.

No hay promesas mágicas.
Solo estrategias que ya están funcionando en clínicas como la tuya.

Quién soy yo, Miguel Ángel Pellitero, para contarte esto

Pero antes de contarte quién soy yo, déjame responder a algo que quizá ya te estás preguntando:

¿Por qué demonios esta página se llama “Somos raros”?

Porque no creemos que tener tu propia clínica tenga que ser sinónimo de estrés, sueldos justos o pelear con la gestoría cada mes.

Porque nos atrevemos a pensar distinto, aunque eso nos convierta en bichos raros en un sector que no para de repetir los mismos errores.

Y si tú también lo ves así… quizá estés en el sitio correcto.

Yo no soy como tú, nunca tuve vocación de empresario.

A mi me tocó a la fuerza, no me quedaron más opciones, no pude escoger.

Lo viví con angustia, con una frustración tan bestia que no me dejaba dormir ni llegando agotado a mi casa.

Me tocó aprender recibiendo más leches que el Poli Díaz en un mal día.

A lo mejor habrá universidades en las que expliquen perfectamente cómo es llevar una empresa, pero yo lo dudo.

Casi nadie te cuenta la verdad de lo que significa dirigir un negocio como el tuyo:

  • Qué podemos y debemos hacer los pequeños en un mercado en el que entran los grandes.
  • Cómo narices se dirige un equipo de personas sin parecer un tirano y que no te tomen el pelo.
  • Cuáles son las estrategias que ya han probado otras clínicas y que aumentan la fidelización de clientes ahorrándote dinero de publicidad absurda.
  • De qué manera averiguar cuáles son los clientes que te dejan más dinero en la caja y cómo puedes encontrar más como ellos.
  • Cuáles son los datos que debes mirar cada final de mes entre toda la confusión de información que da el día a día.
  • De qué manera organizar tus procesos para que no sean un estorbo, sino una máquina de fidelizar clientes.
  • Cómo comunicar a tus clientes las campañas que te hacen ganar más margen. Las que te hacen perder margen déjalas para la competencia, mucho mejor para ellos.
  • Cuánto invertir en tu clínica y cuándo es mejor esperar porqué no es el mejor momento.
  • Cómo llegar a un cliente que cada vez tiene la atención más dispersa.

De todo esto hablo cada martes, si no quieres recibir información como esta es mejor que no te suscribas.